El
ejercicio no solo mejora la salud y la condición física sino que
también es una auténtica medicina contra la depresión.
Para ello no es
necesario empezar el año inscribiéndose en un gimnasio; es suficiente
con dar paseos.
La evidencia científica determina que entre menos actividad física se
realiza, se libera menor hormona de la alegría.
El deportólogo ecuatoriano José Reinhart explica que "existen tres
hormonas que se liberan cuando se realizan ejercicios.
La primera es la
adrenalina, el cual incrementa la función cardíaca, contrae los vasos
sanguíneos, dilata los conductores del aire y participa en la reacción
de lucha del sistema nervioso. La segunda hormona es la serotonina, la cual controla y reduce la ira,
la temperatura corporal, el hambre exagerada y el mal humor.
La tercera y última hormona es la endorfina. Ella libera una sensación
de alegría y bienestar general ya que concentra a la persona en aquello
que le causa más placer y no en lo que le provoca dolor o tristeza.
Paseos activos
La idea es programar salidas con menos pausas para descansar y más
retos, como escoger puestos de estacionamientos más lejanos a los
locales comerciales.
"Para que este reto sea viable, se debe comenzar a hacer esos cambios de
forma paulatina. Nada va a lograr con exagerar en las actividades, como
cargar cajas muy pesadas, si en los próximos días no lo va a realizar
más. Mida sus fuerzas y determine qué cosas quiere y puede hacer"
explica Reinhart.
Otros consejos son programar caminatas de 30 minutos, evitar las
escaleras mecánicas y ascensores, organizar partidos de béisbol o fútbol
y hacer juegos en las piscinas.
Solo con caminar una hora se reduce en 50% la influencia genética de la
obesidad, destaca el especialista.
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